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Basado en un hecho de la vida real
Eliad Jhosué Villarroel
Se vive en un pobre pueblo una historia triste que abate el alma y enturbia la razón de quienes saben el suceso, se trata de dos padres ricos que atesoraron durante años una inmensa fortuna y se olvidaron del mundo y su gloria humana. Esta historia nació y crece en tierras erosionadas, es devoradora de lo asombroso y apezuña, es dolorosa y además triste y llena de sombras.
Esos padres que menciono en esta historia engendraron a una hermosa niña, su nombre Clavelito Rojo Soñador. A Clavelito la fortalecieron con el mejor jardín de flores, la regaban cada día con buenas aguas, surtidas del mejor manantial, le regalan con oro sonante y brillante hasta el mismo sol y la luna se la alquilaban cada noche para que soñara con sus estrellas.
Toda primavera le fue entregada con lujos, le llenaron la cabeza de coronas florales de siempre viva, margaritas, gladiolos y amapolas y en el cuerpo le tejieron guirnaldas tejidas con hiladas de oro, eran sus ojos dos perlas del caribe, su mirada era altiva y sosegada, ellos, la llenaban de virtudes compradas, la encumbraron y la colocaron en lo alto del pedestal donde ningún otro niño de su pueblo pudiera alcanzarla.
Y pasaron los años y las estaciones cálidas, y al cumplir sus quinces la ataviaron de frutas, flores, miel de la tierra, pasteles, quesos, buena leche, todo delicadeces y entre el buen olor del vino y del whiskey más caro, celebraron con música y mucha pompa sus 15 primaveras.
Pero un día funesto la hermosa doncella y después de sus 15, desapareció de repente, el jardín se dé la hermosa doncella en su hogar se ensombreció por instantes y causó impresión desconcertante. Y la buscaron en cada esquina, removieron cielo y tierra por encontrarla, parecía un secuestro exprés, mas no lo era, los días pasaron y la floresta de aquel jardín permanecía en interrogante sombras.
Y entonces un día de lluvia torrencial les llegó inevitable las malas nuevas: su precioso Clavel se había salido con el hijo de la panadera, eran gente humilde, de casta baja, cuyos habitaban bajo un humilde rancho con techo de palmas secas y barro de adobe crudo. El amor había deslumbrado a la princesa y su corazón había sido atrapado por el párvulo de la pobreza. Desde pequeña lo había conocido y su tierna alma había sido robada por los sueños de aquel niño soñador y se fugó con lo inesperado, aquel nido de amor pobre y humilde que había decidido probar cambiaría su vida para siempre.
Lloraron sus padres, mas no de amor, ni de tristeza, menos de dolor, lloraron de furia, de odio, la niña de sus ojos los había traicionado con el pobre muchacho pobre, un desafortunado sin fortuna cuyo apenas tenía para comer un mendrugo de pan. El llanto de los padres ricos se dejó escapar bajo el sol en cada esquina, la noticia se esparció como reguero de pólvora y estalló como un polvorín de súbito, sin anunciar su presagio, un odio profundo se encajó en el corazón de los padres de la doncella enamorada que se instaló para quedarse, se cultivó y germinó espantosamente en un odio inhumano, se ungió veleidoso siendo una premura de las personas que viven de la vanidad, seres livianos y tocados que amontonan fortunas para sentirse amos del mundo, mejores que los demás y aman sus riquezas sobre Dios y sus hijos.
Y la niña fue apartada como una misma peste, desde ese día sus padres no le dieron la bendición, la prohibieron de todo lo imprescindible cuyo le otorgaban con un sentir interesado, cada gramo de sentimiento se lo daban con interés, sin amor, la apariencia curtida era desatender, no para atender a quienes ellos habían engendrado en un lecho frío y anunciador de augurios inextricables.
Hoy la niña deambula como una vagabunda sin nadie por las calles de su desdicha, triste, su corazón ha fallecido a causa del impacto, su pobre existencia debilitada por el mal de amor paternal se ha tornado insegura, sufrible y condenada, su tragedia la perfila a socorrerse entre un infierno dramático y trágico demencial y su desesperación la está conduciendo a suicidarse de súbito, es lo que se ha de esperar por tanta desconsideración , tanto daño causado a su fragilidad humana a quien un día se creyó que fue amada, tanta maldad, tanta falta de respeto, tanto desquicio terrenal por gente sin alma, Clavelita quiso ser amada y amar, no pidió que la trajeran al mundo para que la condenaran por un fallo hecho en amor.
Sus padres la han olvidado a su tormento, son culpables de su desdicha, el dinero les permite cegarse para matar a una niña en vida, es un crimen, una deslealtad a Dios y una traición a los principios fundamentales de la familia…
Moraleja; El amor es el principiar motor que mueve el respeto y la vida, un humano tiende a fallar y en el amor todo es válido, pero perdonar es saber hacerse amar. La vida es un manojo de minutos, el dinero no compra la vida y menos el amor, el dinero solo compra el egoísmo, la vanidad y la mentira.
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